Como fan de la saga Scream no pude evitar sentir mucho pánico cuando se anunció que MTV haría una serie de televisión basada en la saga cinematográfica. Creo que fue un sentimiento que todos los seguidores de Scream compartimos por igual, al fin y al cabo lo producido por MTV no es un derroche de calidad precisamente. El tiempo pasó y apareció un primer tráiler que me dejó bastante frío, donde se evidenciaba cierta actitud “hagamos la serie por hacerla” que solo logró acentuar el miedo hacia la misma, pero finalmente lanzaron el último tráiler, el definitivo, y fue ahí donde muchos nos atrevimos a pensar “Quizá no esté tan mal, le veo su potencial”. Ahora que por fin la serie estrenó, es momento de juzgar si fue un error colosal que mancha el nombre de la saga o si por el contrario es una buena (o por lo menos decente) alternativa a la falta de películas de la misma.
La historia de Scream se da en Lakewood, el típico pueblo estadounidense que estamos acostumbrados a ver en este tipo de historias, que sobrevivió hace 20 años a una serie de asesinatos causados por un personaje que los habitantes del pueblo difícilmente olvidarán. Pero una noche el pasado parece volverse presente, iniciando otra serie de asesinatos que atormentarán al pueblo y a sus habitantes, revelando los secretos que han estado ocultos durante tanto tiempo.
Esa es la premisa de la serie, simple y cargada de potencial. No es novedosa ni pretende serlo, el piloto deja muy clara la intención de la historia: Hacer de hilo conector para varios momentos de suspenso y situaciones gore causadas por un Ghostface del cual aún no tenemos pista alguna sobre su identidad. No más. Increíblemente esto funciona bastante bien en el piloto, la duración del capítulo se pasa volando mientras poco a poco nos van revelando más y más detalles de toda la red de secretos y mentiras que existe en Lakewood.
Como punto fuerte encontramos que los guionistas han sabido plantear muy bien las sospechas de la identidad de Ghostface en medio cast. Una vez finalizado el capítulo no importa cómo, no importa por qué y mucho menos lo imposible que suene, pero terminas sospechando hasta de ti mismo. Lástima que los personajes no den mucho de sí. Tenemos a la rarita misteriosa de sexualidad desconocida; a la popular bonita, inteligente y buena persona; a la que se quiere acostar con todos los hombres del pueblo (aún no sabemos si también las mujeres), al atleta que esconde muchos secretos, al friki que parece entender todo lo que pasa en el universo de la serie, al nuevo en el pueblo que tiene físico de supermodelo y al bromista vacío que queremos que muera pronto. Lo normal. Solo suplico a (inserte deidad preferida aquí) que la capacidad interpretativa de estos mejore, porque en su mayoría si dejan bastante que desear.
Algo que quizá guste a los fans del género de terror es que las referencias a películas clásicas son constantes, algunas muy sutiles, otras extremadamente obvias hasta para no fans del género; en general se agradece ese pequeño plus que le da cierto aire fresco a la historia. Además, la escena inicial es todo un homenaje al inicio de la saga en la gran pantalla, que quizá no tenga tanto gancho como la escena original, sin embargo deja un buen sabor de boca.
Scream en su episodio piloto se ve mucho más prometedor de lo que muchos esperábamos. Por ahora se siente como una Pretty Little Liars donde A prefiere morder en vez de ladrar (lo cual no es malo, todo lo contrario), pero si la serie sigue el camino que parece haber marcado, puede llegar a entregar grandes cotas de diversión a los espectadores (fans y no fans de la saga).
Yo le tengo bastante fe, porque es un buen piloto para una serie que parecía muerta desde antes de nacer.
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