Cuando inicio una serie nueva siempre espero 5 capítulos para poder decidir si la seguiré o no. Usualmente estas series son de 22 capítulos, por eso para poder aplicar mi regla a Scream tuve que usar regla de 3 y aproximar hacia un número lógico de capítulos. El resultado fue que al tercer capítulo era momento de decidir, o sea que es hora de elegir el camino.
Llevamos 2 capítulos que han sabido demostrar una buena adaptación de un género cinematográfico que muchos veíamos imposible de poder llevar a la pequeña pantalla. La atmósfera de suspenso que han ido creando de a pocos es bastante interesante, el misterio del asesino de verdad logra despertar interés y las muertes que hemos presenciado han conseguido estremecernos un poco por su modo de ejecución.
Esta semana el nivel nuevamente ha aumentado (Jesús, ¿cómo es posible que la serie aún no decaiga?). Y es que pasó lo que muchos temíamos que pasara, Riley se ha ido. Pero yendo de a pocos, tenemos la aún aburrida obsesión de Brooke con el profesor (y mira que eso estuvo a punto de costarte la vida, querida); ese misterio entre los muchachos de los que aún no me sé los nombres pero que parece ganar fuerza, esos planos a objetos que pueden ser almas letales logran crear un suspenso impresionante; y por último, lo que nos importa, la estúpida elección de Emma, que decidió quitarnos a Riley porque es incapaz de entender que no podrá salvar a todos sus amigos.
Lo peor es que como fan de la pareja que hacía Noah y Riley no puedo evitar sentirme estafado. O sea, me tiran un par de escenas frikis y bonitas donde ellos están felices juntos y planean cometer pecados en la cama (en este caso en el sofá), para que luego hagan que Riley se vaya por un mensaje de alguien que sabemos está muerto, pero como no era suficiente van y la matan de una forma bastante aterradora, porque no pude evitar sentir desesperación por ella cuando golpea el techo gritando y el de la limpieza no la escucha por tener los audífonos puestos (que por cierto, es una escena muy Scream, puntos para los guionistas), y encima esa tétrica videollamada final con Noah. Me disculpan, pero no puedo permitir que jueguen así con mis emociones.
Aparte de todo lo ya dicho, al menos puedo tener algo claro y es que la pregunta “¿Vale la pena comprometerse a ver toda la temporada?” ha sido totalmente resuelta: Sí, vale mucho la pena.
En 3 capítulos he disfrutado como niño de un tipo de producto que llevaba años esperando en la TV. Scream ha demostrado en estas escasas tres semanas que lleva al aire, que sabe traer tensión a nuestras vidas, ¿por qué no darle el voto de confianza a toda la temporada?
Al fin y al cabo, nunca se sabe qué giros puede tomar la historia…
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