Sin opinar: Reseña: El Señor de los Anillos: El retorno del Rey - J. R. R. Tolkien

4/8/15

Reseña: El Señor de los Anillos: El retorno del Rey - J. R. R. Tolkien


Título original: The Lord of the Rings III. The Return of the King
Autor: J. R. R. Tolkien
Género: Novela. Fantasía Épica.
Fecha de publicación: 1955
País: Reino Unido

Sinopsis:
Los ejércitos del Señor Oscuro van extendiendo cada vez más su maléfica sombra por la Tierra Media. Hombres, elfos y enanos unen sus fuerzas para presentar batalla a Sauron y sus huestes. Ajenos a estos preparativos, Frodo y Sam siguen adentrándose en el país de Mordor en su heróico viaje para destruir el Anillo de Poder en las grietas del destino.






Mi opinión: 

(Sin spoilers de este libro, pero sí de las dos primeras partes de la trilogía)


Qué difícil resulta el tener que dejar algo atrás, algo que nos ha dado tanta felicidad y buenos ratos, aunque en este caso no es un algo, es mucho más, es un mundo entero, una historia, unos personajes, unas situaciones. Y es que siento que este corazón de macho sin sentimientos que tengo se encoge un poquito mientras escribo esto. Este es el final de aquel épico viaje que buscaba mantener la esperanza en un mundo que parecía condenado a perderla. Un final al que intentaré hacer justicia al reseñarlo en unas cuantas líneas, y que aunque de seguro no lo lograré, al menos quedaré feliz por haber tenido la suerte de leer y opinar sobre el final de una de las historias que más tiempo vivirán en el corazón de nosotros, los afortunados lectores. Pero intentémoslo.

En Las Dos Torres habíamos quedado en el momento en el que Sam vive el momento donde se llevan a su querido amo, Frodo, a quién sabe dónde para hacerle quién sabe qué cosas macabras, mientras que Gandalf partía hacia Minas Tirith en compañía de Pippin. La tercera (y última parte) de la saga sigue directamente la historia desde esos sucesos. Sam trata de ingeniárselas para rescatar a Frodo, porque para él la vida de su querido amo es de un valor incalculable, al fin y al cabo Sam hizo todo ese viaje por él, por aquel Hobbit al que tanto aprecia. Lo curioso es que es en este libro donde la amistad Frodo-Sam acaba de consolidarse plenamente. Ya sabíamos que eran como amigos, compinches, hermanos, incondicionales entre sí, pero solo en este libro se sentirá como todas las piezas del puzzle que es su amistad encajan finalmente, convirtiéndose con facilidad en una de las relaciones más memorables de la literatura.

Por otro lado Gandalf y Pippin avanzan hacia el destino que la propia vida les ha encargado, el cual ahora se ve incierto, ya que la oscuridad por fin se ha esparcido en los cielos, llevándose con ello toda luz que podía quedar en el corazón de los que aún están en contra del dominio de Sauron.

Todo se está desatando. Todos los nudos que han estado atados por cientos de años de repente han empezado a aflojarse y ahora el mundo entero está en silencio, a la expectativa de un grito de victoria o de llantos de derrota. Y ojo, que lo expreso de esta forma para intentar explicar lo que Tolkien logró plasmar; porque la oscuridad también nos empieza a invadir y sentimos cómo los nudos que nos atan con la esperanza se empiezan a deshacer, empezamos a temer por el mundo, por nuestros personajes, por haber puesto mucho esfuerzo en una travesía que nunca pareció del todo realizable. Si antes ya había alabado la pluma de Tolkien, esta vez no sé cómo expresar toda la magia que esta tiene, al punto de sumergirme por completo en un mundo que no es mío pero que por ratos pareciera que lo fuera.

Y es que si en los libros anteriores la historia pecaba un poco (solo un poco, eh) de tener un ritmo no muy ágil o incluso a veces pesado, aquí por fin tenemos un ritmo constante, perfectamente adaptado al trote que la historia quiere llevar, como si de alguna manera se hubiera logrado la “sincronización narrativa” entre sucesos y narración que tanto llevábamos esperando.

La ambientación se vuelve sublime, la historia adquiere un carácter desesperanzador que impacta, y la explicación y cierre de varios arcos argumentales secundarios que estaban abiertos, son los factores que hacen que El Retorno del Rey se levante como el mejor libro de la trilogía creada por Tolkien.

Entiendo por qué es esta historia la que ha sentado las reglas de la fantasía épica actual. Al fin y al cabo la cohesión entre los personajes (que tristemente nunca acaban de adquirir la complejidad psicológica esperada, sino que son mostrados como meros medios para un fin), los lugares de la Tierra Media y los misterios de esta, es tan alta que jamás podremos ver un solo árbol del bosque que es la historia; siempre veremos el bosque entero, siempre veremos en nuestras mentes todos los lazos que conectan a todo con todos. Es un nivel que difícilmente se alcanza en este género literario.

Aparte de que este sea el mejor libro de la trilogía, también contiene el mejor capítulo de toda la historia. Y es que el último capítulo es oro puro, mezcla todo lo que es y fue la historia, todo lo aprendido y lo desaprendido, es el cierre perfecto para una historia que es mucho más de lo que aparenta.

No cerraré este reseña hablando del Retorno del Rey, sino de la saga entera, porque como dije arriba, me es imposible ver el árbol, solo puedo ver el bosque. Por tanto, El señor de los Anillos ha sido de las lecturas más satisfactorias que podré tener en la vida. A pesar de que sufrí mucho leyéndolos, también reí y pasé momentos en un mundo que me transportaba por completo dentro de sí. Es sin duda una de las mejores historias que se puedan hallar en el infravalorado género de la fantasía épica, al fin y al cabo, por algo ha sido una historia tan importante para la literatura (e incluso el cine).

Sin duda una de las compras que más atesoraré.

Calificación: (Del 1 al 5)

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