Lo impensable: La autoayuda tiene sus joyas

Siempre he sido fiel odiador de los libros de autoayuda. Tengo mil motivos para hacerlo, pero principalmente es porque no creo que un libro lleno de mentiras creado para la gente que necesita mentirse a sí misma sea algo digno de respeto. Claro que comprendo que todos somos diferentes, y así como a mí me fastidia que me mientan, a los demás puede que les guste. Pero el punto aquí es que no me gustan en absoluto los libros de autoayuda.

Y si los libros son malos, ahora pensemos en la actitud que toma la gente frente a la vida después de leerlos. No diré casos específicos, porque aunque conozco millones (MILLONES) no estoy aquí para humillar y/o criticar destructivamente; o bueno, quizás solo un poquito. Pero puedo hablar del comportamiento más general, o sea esa actitud de “La vida es hermosa porque yo quiero que sea hermosa y con mi mente atraigo todo lo bonito y todo será perfecto, y conseguiré todo lo que sueño porque si lo puedo soñar lo puedo alcanzar y porque lo atraigo con mi mente. Ah, y porque la vida es hermosa”. Y pues no. Siento mucha pena con esas personas pero así no funciona la vida.

Pero no me refiero a que la vida no sea hermosa, porque lo es, y mucho. Tampoco digo que no hay que tener mentalidad positiva, porque últimamente he pasado de ser el rey del negativismo a andar por ahí sonriendo y creyendo que todo mejorará. Pero me fastidia mucho la parte de creer que con tener una falsa actitud positiva basta. Y digo falsa actitud porque esta solo se crea a partir de un pensamiento positivo que nace por la motivación de un factor externo pero que se desvanece en muy poco tiempo (sean horas o hasta días).

Y justo por esto, tengo la horrible necesidad de comentar que entre tanta basura he hallado dos libros que son pequeñas joyitas, que tristemente cargarán con la mala fama del género al que pertenecen, en los que el autor no te intenta meter mentiras, sino que intenta que tú mismo veas la verdad tal como es. De manera lógica y totalmente viable a largo plazo.

Estoy seguro que han escuchado de estos dos libros:

Se han hecho muy populares, sobre todo El arte de no amargarse la vida; y afortunadamente poseen la fama que merecen. El primero lo leí hace un tiempito, cuando las crisis existenciales adolescentes me atacaban casi que a diario, y el segundo hace como un mes, luego de que mi maravillosa mente hubiera hallado nuevos problemas que reemplazaran los que anteriormente había superado.

Porque sí, a mí ambos me ayudaron mucho. Del primero, aprendí los primeros pasos a dar para obtener una vida un tanto más feliz. Al leerlo aprendí mucho, y por ende acabé cuestionando muchos hábitos que tenía, siendo los que me arrastraban a ese horrible círculo de depresión en el que mantenía. Esto me llevó a cambiar muchas cosas de mi vida, logrando una mejoría inmediata. Sin embargo aún me sentía un tanto incompleto y creía que me faltaba un poco más de trabajo para lograr una estabilidad real. Así que me tiré a leer el segundo libro, Las gafas de la felicidad, que al resultar un complemento del primero, logró darme las herramientas que me faltaban para lograr el cambio final de mi vida.

Las mayores fortalezas de ambos libros es que ofrecen herramientas que al usarlas en tu vida puedes mejorar de manera real. El mismo autor, que es psicólogo, especifica de manera muy honesta que él no busca que arregles tu vida a punta de argumentos bonitos pero falsos, sino que la arregles de forma real, con argumentos que te darás tú mismo, con la mayor sinceridad del planeta. A pesar de esto, he leído personas que dicen que los libros (más que todo el primero) son muy bonitos y todo pero que pecan por ser excesivamente utópicos; o que incentivan al conformismo. Afirmaciones con la que no estoy de acuerdo. Creo que puede parecer así porque no logran entender la lógica simple que plantea el autor para ayudarnos; pero sobre todo porque no ven que los libros son complementos obligatorios. Si lees uno, sí o sí, debes leer el otro, sino todo el trabajo que logres hacer estará a medias, o simplemente no lograrás nada.

Pero bueno, lo que trato de explicar es que si quieres un verdadero cambio en tu vida, a partir de la verdad y no de falsa motivación que prometen esos libros basura (que en mi país son más caros, sobre todo los títulos más clichés; qué ironía), los de Rafael son una opción perfecta para ello. Y encima son fáciles de leer y bastante entretenidos. Siendo a la larga una gran inversión de tiempo, y si te lo propones, también una gran inversión de esfuerzo, porque aclaro: Aquí no se trata de desear las cosas y esperar a que lleguen. Sino de trabajar por ellas de la forma más sana y sincera.

PD: Créanme, estos sirven más que El Secreto.